Lenguaje y transfuguismo político

Jueves, 21 diciembre, 2023 9:14PM

La proliferación de los actos de transfuguismo político además de impactar fuertemente en las estructuras partidarias y en la escala de valores que en otros tiempos se respetaban en la política, ha incorporado en el lenguaje que se utiliza en esos ámbitos una serie de palabras, frases o expresiones que sirven ya sea para describir el fenómeno o para tratar de disimularlo por parte de los sujetos activos de esas repudiables conductas. Esto último ocurre porque el tránsfuga, al igual que el traidor, siempre trata de justificar su actitud recurriendo a los más disímiles pretextos, ya sea con la invocación de altas finalidades públicas o sociales o cargando las culpas a quien resulta víctima directa de su cambio de rumbo político.-

A simple título ilustrativo y sin que se pretenda agotar la lista se pueden citar los siguientes términos:

Borocotear, borocotizarse, borocotizado, etc. – Estas expresiones y otras similares del mismo tenor tuvieron origen en la actitud del diputado nacional Ricardo Lorenzo “Borocotó” que inmediatamente de obtenida su banca a través de la boleta electoral del partido de Mauricio Macri se pasó a las filas del Gobierno en un acto de gran repercusión pública por la participación que en él tuvo el propio Presidente de la Nación. Actualmente se usan estos términos con un sentido peyorativo para calificar el comportamiento de los políticos que proceden de un modo similar al diputado mencionado, es decir pasar de la oposición al oficialismo a cambio de alguna canonjía.-

“No me sentía contenido” o “no tenía contención”. – Esta expresión suele ser utilizada por el tránsfuga para justificar porqué abandona un determinado sector político para pasarse a otro totalmente contrario. En este caso cuando se habla de “contención” no se está haciendo referencia a temas doctrinarios o ideológicos,  sino que es un valor entendido que están de por medio cuestiones económicas, tales como ayudas monetarias, nombramientos de familiares o amigos, bolsones, subsidios, etc., sin descartar promesas de apoyo a candidaturas futuras. El que utiliza esta  elegante terminología  suele quedar al descubierto en poco tiempo cuando empieza a recibir los “premios” por parte del sector en el que sí se siente “contenido”.-

“Me fui porque no me gustaba el entorno». – Es frecuente que utilicen esta expresión los dirigentes que llegaron a un determinado cargo o posición gracias al apoyo, la protección o las influencias de un líder político y deciden abandonarlo por razones de conveniencias personales. Al utilizar este pretexto los “émulos” de Borocotó pasan por alto la circunstancia de que los líderes no cambian de entorno con frecuencia y que ese mismo entorno los acompañaba cuando recibieron su apoyo.Más aún, es probable que el tránsfuga, en alguna medida también haya formado parte de ese entorno que después repudia. Se hizo famosa la expresión de Madame Rolland cuando la llevaban  a la guillotina y dijo;”libertad, cuantos crímenes se cometieron en tu nombre” .Salvadas las distancias y circunstancias aquí podría decirse: “entorno, cuantas traiciones se cometieron en tu nombre”.-

“Lo hago para ayudar a la gobernabilidad”.   Esta invocación aparentemente altruista y desinteresada se utiliza cuando  el tránsfuga quiere justificar su pase desde la oposición al Gobierno de turno. Por cierto que resulta loable que los ciudadanos, sean o no políticos, colaboren para que un Gobierno elegido por el pueblo cumpla con todos los objetivos que tiendan al bienestar común. Pero para ello no es de ningún modo necesario que, en el caso de los políticos, se cambien de sector. Porque así como el pueblo elige a quienes quiere que gobiernen, también elige a quienes tienen que cumplir el rol de opositores. Y no se ayuda a la gobernabilidad desertando de los roles que corresponden a la oposición, entre ellos el de controlar los actos de gobierno. Podría afirmarse enfáticamente que contribuye más a la gobernabilidad un buen  y leal opositor que un converso que se somete ciegamente a los designios del poder gobernante.-

“Lo hago porque respeto el principio según el cual el que gana gobierna y el que pierde colabora”.   Este concepto que es irreprochable desde el punto de vista democrático, deja de serlo cuando lo utilizan los que han perdido una elección para subirse al carro triunfal del vencedor con la única finalidad de participar de los beneficios del poder. Esto suele ocurrir inmediatamente después de los comicios cuando el que se quiere “transfugar» se apresura en arreglar con el ganador para poder participaren en el reparto del botín de guerra.- Aquí son de aplicación las mismas consideraciones del punto anterior en cuanto a que la colaboración se debe prestar sin necesidad de abandonar el sector político por el cual ha participado en las elecciones.-

“Me cambio de partido (o de sector) político pero sigo manteniendo mis principios y convicciones. – Los tránsfugas que acuden a esta frase no dejan de tener razón, porque sus principios y convicciones consisten en estar siempre del mismo lado, es decir a la sombra del poder, y entonces los que cambian no son ellos sino los gobiernos. La consigna inamovible de sus conciencias es la de ser funcionales al poder de turno,  cualquiera sea su ideología o  posición política.-

“Tuve que arreglar para proteger a mi gente. – Se trata de un pretexto de uso bastante frecuente bajo cuya invocación el tránsfuga quiere aparecer como que hace el sacrificio de arreglar con el Gobierno de turno para que “su gente” es decir sus seguidores no queden sin cobertura política en cuanto a  la conservación de algún empleo o de algún beneficio que depende de la voluntad oficial. Si se observa a quienes usan este pretexto se podrá comprobar que las personas a las que se dice defender  revistan el carácter de “ñoquis” o son familiares del “sacrificado”, o ambas cosas a la vez, porque si se tratara de una situación o beneficio obtenido “por derecha” no sería necesario que realice semejante acto de “ heroísmo político”.-

En síntesis. – Siempre se podrán encontrar excusas y pretextos a la hora de tratar de justificar conductas políticamente reprochables, pero seguramente no podrán eludir el juicio de la historia que reprobará  el incumplimiento de los compromisos contraídos y la defraudación de la voluntad de los ciudadanos expresada a través de las urnas.-

Eduardo Menem.