Interpelación al Ministro de Economía

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17 de agosto de 1995
36ª Reunión – 19ª Sesión ordinaria (Continuación)
Diario de Sesiones – Páginas 3739 y 3740

Sr. Menem. — Señor presidente, señores senadores: por casi seis horas estuvo el ministro respondiendo a la requisitoria de todos los señores senadores que quisieron interrogarlo. Este cuerpo lleva prácticamente doce horas de labor ininterrumpida desde esta mañana. En consideración a ello, voy a ser muy breve.
En primer término, deseo destacar la excelente predisposición que siempre ha manifestado el señor ministro de Economía para venir a este recinto. En la historia institucional de nuestro país seguramente es el ministro de Economía que más veces ha concurrido al Congreso de la Nación. Siempre lo ha hecho ante el primer requerimiento.
Vaya también un reconocimiento en ese sentido para la actitud del bloque Justicialista que, en todas las ocasiones en que se hicieron pedidos de interpelación por parte de la oposición, y teniendo mayoría, ha votado en forma favorable sí ha considerado que se trataba de un tema con entidad suficiente para justificar la presencia del ministro en el recinto.
Quiero también destacar en nombre de nuestro bloque y expresar nuestra satisfacción por la forma en que el señor ministro ha respondido a la requisitoria que se le ha formulado.
Ha ratificado —diría yo— la solvencia con la que siempre se ha conducido —cada una y todas las veces— cuando ha sido requerido por este cuerpo.
Se podrá compartir la posición del señor Ministro o no. Se podrá discrepar fuertemente con su posición respecto temas que trata, pero nadie podrá decir que ha venido a improvisar o que ha venido a traer datos erróneos, porque siempre se ha comportado con mucho respeto, cada vez que ha sido interpelado por este cuerpo.
Ciertamente, el tema es muy complejo. Sí vemos los cuadros, si observamos los números, nos cuesta entenderlos. Es un tema que los técnicos dominan mejor que nosotros, que no lo somos.
Debo reconocer la labor que he visto que hacen los asesores de los señores senadores, que corren con los papeles para aportarles los datos cada vez que el Ministro responde. Es una labor realmente encomiable.
Entonces, si el tema es así, no tenemos por qué molestarnos. Algunos se han molestado por el carácter técnico de las respuestas del Ministro. Pero si se trata de un tema técnico, debe dar una respuesta de igual naturaleza.
Algunos se han molestado porque da muchos números, pero si la requisitoria era para saber si conviene vender Yacyretá o no, si conviene privatizarla o no, necesariamente la respuesta tiene que incluir números. ¿O los señores senadores que han formulado sus preguntas no los han empleado, también?
Curiosamente, a otros les ha molestado el tono docente. A mí me parece que hace bien el Ministro al hablar con tono docente. Es que hay que hacer docencia. Nosotros, desde nuestras bancas, también debemos hacerla para que la gente nos entienda. El Ministro no lo ha hecho para molestar a nadie. Además, él es un docente con muchos años en el país y en el exterior, de modo tal que no podemos criticarlo porque hable con tono docente; al contrario, se lo tenemos que agradecer porque es la forma en que podemos entender temas que muchas veces escapan a nuestro conocimiento común.
Por supuesto, pasaré por alto algunas frases desafortunadas y descomedidas que se han vertido en este cuerpo por parte de algún señor senador, que inclusive ha hecho referencias personales. Las vamos a obviar. Debemos entender que a veces, en el calor del debate nos suele ocurrir que se deslicen frases desafortunadas.
De todos modos, como integrantes del cuerpo, pido disculpas al señor Ministro si es que lo ha llegado a rozar alguna de esas frases.
Quiero decir, también, que acá se han planteado dudas respecto de si el tema de Yacyretá vendrá al Congreso o no. Quiero rescatar, señor presidente, que este gobierno, desde 1989, ha llevado adelante un proceso de transformación, de cambio de estructuras, de reforma del Estado. Esta política podrá compartirse o no. Por supuesto, ya sabemos que la oposición no la comparte, pero no podemos desconocer, señor presidente, que todo el proceso de transformación ha pasado por el Congreso de la Nación.
Los ejes básicos, los fundamentos, están en las leyes que hemos sancionado en este Congreso: la ley de reforma del Estado, la ley de emergencia económica, las privatizaciones —como la de YPF—, el cambio del sistema provisional, la convertibilidad; todas, absolutamente todas, han sido sancionadas por el Congreso.
Entonces, ¿por qué tanta desconfianza? Que si va a pasar; que si no va a pasar. Se pueden tener criterios distintos pero no se puede prejuzgar frente a un gobierno que ha hecho pasar por este Congreso todas las decisiones fundamentales.
Es claro, la oposición las ha votado en contra; no nos han apoyado en ninguna de estas leyes. No digo toda la oposición. Algunos partidos provinciales las han apoyado.
Pero éstas son las reglas de juego. La mayoría derrota a la minoría cuando no hay coincidencia. Esta es la regla de oro de la democracia. Muchas veces yo tengo que dar explicaciones también en mi gobierno cuando una iniciativa no va adelante, porque éste es un cuerpo pluripartidario y muchas veces dentro de nuestro propio bloque no hay consenso respecto a ciertas medidas.
Pero así es como funciona la democracia. De modo tal que no se podrá decir nada de este proceso de transformación que tantas veces ha sido criticado y de las privatizaciones, ya que han pasado todas por el Congreso, señor presidente. Y eso también es un motivo de satisfacción.
Por supuesto que aquí se ha incursionado también en el discurso político. Es lógico que así ocurra. Esta es una casa política; aquí se lo ha dicho. Se han deslizado severas críticas sobre la política económica y se han hecho consideraciones de todo tipo en ese sentido.
A mí nunca me ha gustado enrostrar resultados electorales, pero frente a esos discursos que a veces han llegado a ser hasta agresivos, yo les quiero recordar —porque algunos lo han olvidado— que acá hubo un 14 de mayo —se han cumplido apenas tres meses—, en el cual el pueblo se ha pronunciado masivamente a favor de una política. Entonces que no me vengan a decir que hablan en nombre del pueblo.
El pueblo es el que se ha pronunciado el 14 de mayo y ha avalado una política. Si tienen dudas, veamos cómo se ha pronunciado en 1991 y en 1993. Se trata de una política que ha venido siendo ratificada cada dos años por el pueblo argentino.
Entonces, tenemos que ser respetuosos y no hablar en términos tan despectivos, como si el gobierno fuera un ente que está allá arriba, totalmente desconectado del pueblo y de su realidad.
Si hubiera sido así el 50 por ciento de la población votante no habría apoyado y avalado la política de este gobierno nacional y de los gobiernos provinciales que han triunfado en estas últimas elecciones.
Finalmente, es cierto, yo sé que cuando salgan de este recinto algunos señores senadores de la oposición y enfrenten a las cámaras de televisión, a los periodistas, van a decir que no los ha satisfecho el señor Ministro. Es lógico, ya lo han anticipado. Nosotros también lo decíamos en las muy pocas veces que hemos tenido la suerte de contar con Ministros del gobierno anterior; y nos han visitado mucho menos de lo que lo hacen los del justicialismo. También manifestábamos que no nos habían satisfecho. Es lógico. Esa es una regla dentro del juego político y de la democracia.
Pero yo quiero decir, señor presidente, para terminar, que nuestro bloque se va íntimamente satisfecho y convencido de que la exposición que ha formulado el señor Ministro responde a la realidad.
Le queremos agradecer al señor Ministro por habernos ilustrado con su exposición, y sabemos que la decisión que finalmente se va a adoptar es la que mejor convenga a los intereses del pueblo.

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